lunes, 15 de octubre de 2007

¿A qué literatura entre animales metafóricos? - Ensayo

¿A qué literatura entre animales metafóricos?

Tengo un par de amigos, escribidores de los buenos, con los que me vengo enredando hace rato en algunas preguntas que me ponen en jaque: ¿Por qué escribimos y –peor todavía- publicamos nuestras creaciones literarias?

Pienso que nuestro afán literario no es únicamente autobiografía encubierta, o, al menos, que en la creación de situaciones y personajes imaginarios, no hay sólo un encubrimiento de nuestra subjetividad reprimida. Es un hecho: quienes escribimos aquí, necesitamos escribir y ser leídos. Al menos yo lo necesito. Y lo que escribo no es un diario de vida ni un tratado científico o filosófico. Nunca me ha interesado mostrar a nadie este tipo de escritos, pero sí me urge mostrar mi poesía y mi prosa, aunque no sepa todavía muy bien por qué. Me asusta reconocer que pueda ser algo compulsivo, simplemente inevitable. Tal vez haya que reconocer que en la expresión literaria, nos guste o no, hay siempre algo de autobiografía y puede que, y si nos ponemos suspicaces como Freud, hasta cierto exhibicionismo narcisista. No obstante, pese a temerle a esta posibilidad de pasar por exhibicionista, hace tres años ya, empecé a escribir poemas, pequeños relatos y, hoy, ensayo algo que quiere llegar a ser una novela.
Sea como sea, he descubierto en la literatura -entendida en el amplio sentido de ser expresión explícita y escrita de nuestros pensamientos, deseos y sentimientos- una doble significación y función:

En primer lugar, la de permitirnos la objetivación de nosotros mismos.

En este sentido, la literatura, se evidencia como algo que surge “desde uno y para uno” mismo, desde y para el escribidor.

En segundo lugar, la de espejear y ofrecer a otros ciertos rasgos psicológicos, símbolos socioculturales, cuestiones antropológicas o metafísicas de carácter universal o arquetípico (en sentido jungueano) para que resuenen, convoquen e interpelen a ese "nosotros” o “yo colectivo” que nos une en un sentido transcultural y transhistórico.

Aun cuando en un comienzo experimenté estas dos significaciones como antitéticas, a lo largo del tiempo he ido comprendiendo que son opuestos dialécticos que se requieren y complementan mutuamente: Si algo es “mío” en sentido estricto, auténticamente mío, debe ser también “nuestro”… Eso sí, a condición de que apostemos a que hay una cierta estructura antropológica común en todos los seres humanos: la capacidad de expresar e interpretar.

En este punto, permítame el lector explicitar mis supuestos antes de continuar, para proteger mis espaldas de posibles embestidas. Estoy conciente de que ésta es una suposición de suyo cuestionable pues acepta, a priori, que hay ciertas estructuras antropológicas capaces de trascender la historicidad de cada individuo en particular. Sí, lo sé, puede que ahora mismo mientras escribo me esté engañando, puede que, hipotéticamente, incluso ésto que escribo, su sentido o significación, no sea más que una proyección de mi “conciencia”, y en realidad no me comunica nada a mí, ni a mis supuestos lectores. Pero ¡qué diablos!, su postulado es necesario, pues vivimos como si existieran esos “a priori” nuestros. De lo contrario el fenómeno de la comunicación, que constituye el dato fundamental de nuestra experiencia intersubjetiva, no sería más que una ilusión; “È pur, si mueve”: sucede que vivimos en la confianza permanente de que los seres humanos compartimos una capacidad de comunicarnos los unos con los otros.

En fin, me parece sensato aceptar que el sentido de la literatura como quehacer se juega en el ser capaces de sostener una expresión que hable desde-y-de-nosotros para-todos-y-cada-uno, resolviéndose así la aparente dicotomía entre la necesidad expresiva de la subjetividad del escribidor y su intención provocativa orientada a “despabilar”, en algún sentido, a sus lectores en aquello que pueda resonar en sus propias vivencias.

Pero todavía no respondo a la cuestión fundamental de porqué inventamos relatos sobre personajes, situaciones y mundos ficticios, que, creo, es lo que distingue a la expresión literaria en sentido estricto de cualquier otro tipo de expresión escrita.

Y es justamente aquí que me declaro entrampada. Pues, si le damos crédito al viejo Nietzsche y nos apropiamos de su convicción de que el hombre es un constructor de metáforas, tendremos que aceptar que la de R. L. Stevenson es una conclusión, más que razonable, necesaria: Un personaje literario es a penas una “concatenación de palabras”, tal como nuestra identidad personal puede ser comprendida como un mero entramado de “juicios maestros” y la historia del sentido de nuestras culturas como constructo poético o un “metarelato”… ¿Y la realidad? Mmm, otra vez, no más que otra metáfora posibilitada por la recursividad, un atributo propio del lenguaje, que nos permite armar “enredos metafísicos” y tendernos trampas a nosotros mismos.

Todavía más. Si aceptamos que es imposible afirmar con sentido algo más allá del lenguaje, asuntos como por ejemplo el Ser, la Realidad, el sentido trascendente, la dialéctica material de la historia, el yo, Dios, etc., pueden seguir siendo postulados por nosotros, en tanto anhelemos una unidad última de sentido, pero sin que perdamos jamás de vista que tienen un carácter de supuestos ordenadores o reguladores de la razón o el poder (¡Uf! más metáforas).

Así las cosas, se vuelve necesario replantear nuevamente las preguntas iniciales:

¿Qué es lo propio de nuestro afán literario, si todo lo que hemos escrito sobre la realidad, el hombre y su historia o Dios puede ser considerado literatura y ficción?

Y por otro lado: ¿Por qué elegir la creación de éstas ristras y no otras? ¿Por qué el cuento en vez de la poesía? ¿La novela en vez de la dramaturgia? ¿Por qué el absurdo en vez de la épica? ¿Por qué la parodia en vez de la tragedia? ¿El verso libre en vez de la sextina?


Valentina

Publicado en www.ojoentinta.cl y en la Página de los cuentos: http://www.loscuentos.net/cuentos/link/316/316477/

domingo, 9 de septiembre de 2007

Nuestro PIB en crecimiento sostenido - Décimas

¡La puta que me parió!
Un terror de vientre huero
se me pudre aquí en el pecho
impotente de dolor.
¡Compañero, no hay perdón!
En mi Chilito aturdido
anda el hombre entumecido
suicidándose la esencia
en sus trayectos de inercia
y futuro malparido.

¡Me cago y recago en vos.
Despiártate, puta madre!
Tierra y pueblo en sequedades
¡Levántate, por favor!
Aquí en mi país sin Dios
se mueren como corderos
los hijos del posmoderno
Estado hijo de perra
tan satisfecho en su mierda
de estadística in crescendo.


Valentina, 30 de junio de 2007



La tórtola entrometida - coplas

Para Renata, en su cumpleaños


La tórtola entrometida

Aquí en mi ventana muda

se vino a poner sus huevos

una Tórtola rechoncha

molesta, como un mal sueño



Le dije que se buscara

un lugar bajo el portón

pero insiste majadera

que le encanta mi balcón


La cosa se puso negra

cuando vino a acompañarla

un Tricahue colorinche

que quería conquistarla


Salí con plumero en mano

a espantar a mi vecina

porque el escándalo iba

de mal en peor cada día


Me acusó la mentirosa

con el Chuncho y el Queltehue

diciendo que mi ventana

la construyó con sus dientes


¡Pájaros lesos - les dije-

si las aves tienen pico!

Que en el hoyo del gusano

no penetran los colmillos


No alcanzo a decir mi verso

cuando parten propagando

cinco Quetrus y un Peuquito

mi perfidia en todos lados


Jilguerillos y Piqueros

Peucos, Cachañas y Raras

¡Todos armando un revuelo

de Padre Nuestro en mi casa!


Cuando estaba por rendirme

se me acercó Doña Amalia

a contarme que su Cucha

parió una linda camada


“Tráigame todas las crías

que en balcón las tendré

¡Y a los gatos les encantan

las pichonas al jerez!”


Aquí en mi ventana muda

viven cinco micifuces

y una Tórtola rabiosa

hace nido entre abedules

Valentina, 24 de abril de 2007


Refutación del absurdo - Décimas

Tanto tiempo estas cadenas, mi Señor,
muriendo en las pestilencias de la hiel,
clavada en golpizas de palo y moler
¡Tan fracasada en la ausencia del perdón!
El de la paz visitándome la voz
que no llegó, porque no alcanza a la vida
lo anclado en torsos de rabia malparida.
La remisión que no se enreda en la espera
de una amnistía diferida en condena
¡Tantas veces tan deforme y tan dormida!

Desciendo con Magdalena en tu sepulcro,
llorando nuestros quebrantos de infinito,
ciegas por tanto dolor acontecido.
De pasos negros y en negror tan oscuro,
impotentes de tu amor y tu conjuro.
Somos sólo apego a la adicción del odio,
sólo niña en llaga y mujer de oprobios,
soldándonos al rostro del agresor
por no ver que en tu leño liberador
pulsa tu Misterio de perlas en lodo.

“¿Por qué buscan a los vivos entre muertos?”
Atrapadas en el lienzo de tu ausencia
nos alcanza tu más rotunda presencia
¡Ay! Si apenas encontrábamos lo nuestro,
-el rencor vacío y el vacío desierto-
cuando vino a dislocarnos lo más tuyo
pulverizando el peso de nuestros nudos.
Hoy, esta inefable ofrenda de tu paz
nos allega sin deudas, así, sin más,
a tu ingente refutación del absurdo.


Valentina, 11 de abril de 2007

Cóplicas histéricas

Tengo una rabia de miérdica
punzeteándome la espáldica
¡Si pudiera le pegábica
un charchazo a la pervérsica!

Apriétome bien el cúlico
pa’ no mirar allá adéntrico
porque me hiere en el cuérpico
con su vómito simbólico

Me envenena la frenética
con su hiel de vaca fétida
hasta dejarme esquelética
el alma y llena de bóstica

Voy buscando a un hechicérico
de querer y sueño insólito
pa’ que me espante su espéctrico
y mude mi furia en júbilo

Si conoce usted al sujético
dígale que tengo el mérito
de saber cuando los cánticos
se convierten en porténtico

Valentina, 30 de marzo de 2007

Ad intra - Décimas

A 27 años de la muerte de Monseñor Romero,
san Romero de América pobre


Viene tu voz peligrosa
del altar ensangrentado
como el grito sofocado
de mi Cristo en las Custodias
de su Iglesia temerosa.
Viene tu voz, Sacerdote,
a gritar por Cristo Pobre
destrozado en el olvido
del profeta entumecido
que, por miedo, no responde.

Oscar Arnulfo Romero,
cese ya mi indiferencia
y retorne mi conciencia
al Principio y Fundamento
de esta fe que es mi sustento.
Que ya no pueda mi ser
volver el rostro sin ver
al que hoy día paga y muere
en tu América sufriente
por mi cobarde desdén.

Monseñor del Salvador,
ponme delante de Cristo.
Devuélveme a lo más mío:
Su Evangelio y mi pasión
para levantar la voz
este día en que comprendo
que por voz del Magisterio
carga mi América muda
el pecado de la duda
y el rechazo a su Misterio.


Valentina, 24 de marzo de 2007


Apostasía - Coplas


Tengo de heridas la frente
la carne hinchada en renuncia
y el hedor de la constancia
oprimiendo mi espesura.

Déjame caer, Señor,
en la objeción de lo tuyo
ya no soporto mis trazos
de torso abierto y desnudo

Cubre tus ojos de mí
para que hoy no los vea
porque ya no puedo más
sostenerme en tu vereda

Cargo abierto lo indecible
en la culpa y el deseo
y esta pulsión insaciable
que por amarte subvierto

Quiero el tacto y la fruición
del espejo de Narciso
sin la fractura del miedo
y el dolor de los silicios

Deja que hoy te traicione
en la insurrección horrible
¡Maldita tu mansedumbre
y tu amor en lo invisible!


Valentina, 9 de marzo de 2007


Hermanadas en lo mismo - Soneto

“(…) el arte, la ciencia, la filosofía exigen algo más: trazan planos en el caos”. Gilles Deleuze, “Del caos al cerebro”

Hermanadas en lo mismo

Profieran sus sondeos de unidad
Forjadoras del parto y la palabra
El pensador las encuentre y las dibuje
En la huída del caos hermanadas

Arte de contexto en runa tangible
Filosofía en fragua conceptual
Ciencia impaciente de tacto sutil
Labriegas solitarias del pensar

Escultoras de surcos en la arcilla
Del vago y desigual kaleidoscopio
Persistan en su danza de vaivén

Concordia en diferencia sostenida
Conserven en sus senos lo más propio
Hasta volver del caos al arjé


Valentina, 24 de enero de 2007

Mala conciencia - Coplas


”Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres...”
Edo. Galeano, Los nadies, en El libro de los abrazos



Mala conciencia

Sepa Moya quiénes son
Mire pa’ lante no más
Sáquele trote a su paso
¡No nos vayan a alcanzar!

No le ponga tanto, Doña,
Si así estamos tan re bien
Pa’ qué fijarse en los nadie
que ¡Quién sabe quién es quién!

Apure el paso no más
No se nos pegue su yeta
Que dicen las malas lenguas
Que contagian su pobreza

Por flojos ‘tarán así
Porque a naiden falta Dios
Si no le ponen ni’ un ñeque
¡Ay, qué culpa tengo yo!


Valentina, 14 de enero de 2007

Coplas del Nacimiento

Hoy lo más alto se abaja
por el puro amor de Dios
en las tierras de los pobres
se hace carne el Salvador

Ay, sí, ay no
Buscando su rostro voy

No hay proclama ni pancartas
ni artificios estruendosos
porque este Dios que nos nace
tiene hechura de andrajoso

Ay sí, ay no
Buscando su rostro voy

Dicen los que ya lo han visto
que se descubre su rostro
en el gesto regalado
de cada afán amoroso

Ay si, ay no
Buscando su rostro voy


Valentina, Navidad de 2006

Todavía un Violeta


Desde el nicho indefinido
largo de canto sombrío
se oye la antigua Violeta

Todavía no ha resuelto
el rezagado destierro
de su carne enardecida

Todavía y obstinada
en la ruta de la nada
confesándonos la voz

Todavía el ancho acento
entumecido en contento
de su canto mineral

Desde el nicho indefinido
este penarnos su trino
reiterado en el no-ser

Valentina, 12 de noviembre de 2006

Confesión - Soneto

A mi querida María Isabel Farrán... nuestra Anémona


Hoy perdimos la esperanza
de la extensa travesía
en la unción del cotidiano
afán de pan y porfía

Hoy perdimos la esperanza
de encontrar el rumbo largo
con tanto volver a casa
cada noche y sin resguardo

Hoy perdimos la esperanza
de espejear allá en lo ajeno
nuestra cándida ceguera

Hoy perdimos la esperanza
para fundarnos de nuevo
en legítima franqueza

Valentina, 16 de octubre de 2006


Lamento mapuche - Soneto

Cada 18 de septiembre celebramos la independencia de Chile, cuando lo más nuestro todavía quiere - y debe - ser liberado...
Este soneto es para nuestro pueblo mapuche en cautiverio.


Sangre de frío y lágrima en maitén
Mi espalda en quebrada de Arauco herida
carga un destino de tierra aterida
como arboleda de espinas en Chaitén

Peyeche Caniulao Painecura,
nacida, criada y extinta en Riñihue,
traigo una pena de agua y Llanquihue,
nawe de puelche anclado en la espesura.

Se eleva mi lamento en Río Bueno,
y en Maullín y Paillaco, mi suspiro
¡Padecimiento tan ancho y desnudo!

Soy alma en pena acusando el destierro
de mi ascendiente mapuche y proscrito,
sin voz, sin tregua, sin pan de futuro.

***

Nawe: Hija de hombre (voz mapudungun)
Puelche: Viento que baja desde la Cordillera de Los Andes al mar o desde el este al oeste

Valentina, 23 de septiembre de 2006

¿Quién reclama a una convicta? - Coplas


Una puta dicen que es
una maraca perdida
que las tetas tiene largas
y la conciencia dormida

(Luz María Parra Parra
treinta y dos años hoy día
mi madre fue la mucama
del que me diera la vida)

Hay que ver cómo le gusta
atracarse con cualquiera
dicen las buenas señoras
cuando la ven en la espera

(Cala el frío mis extremos
y el vacío me desvela
si llegara pronto el día
para morirme de veras)

Cuánto cobras, tú, Ramera,
no vales nada, Cualquiera
anda, Perra, ven y dale
una mamada a mi verga

(Se me estrecha la garganta
el asco se hunde en mi pecho
si pudiera le cortaba
la soberbia al muy pendejo)

Tres monedas por mamada
un dólar si abres las piernas
y no gritas cuando meta
en tu zorra mis cadenas

(Dónde puse las pastillas
necesito anestesiarme
el dolor se me hace eterno
¡Ay, Señor, que pronto acabe!)

Grita perra, gime y besa
dame de tu sucio sexo
si no finges que te gusta
no te doy lo que te debo

-No se puede soportar
puta perdida y adicta
su cadáver sigue allí
¡Quién reclama a una convicta!

Valentina, 19 de agosto de 2006

(Estas coplas fueron creadas para el Desafío de la Imagen nº20, versión poesía: http://www.loscuentos.net/forum/9/6852/)

Complicidad - Coplas

Todo es piedra en derredor
cuerpecito mutilado
¿Quién desangró tu existencia
angelito asesinado?

Ay señor de las Alturas
consentimos tanto mal
inocentes tus hijitos
mueren por miles, y más

En este enredo infernal
nadie parece perder
la ganancia codiciosa
se propaga por doquier

Se atiborran los bolsillos
del usurero ambicioso
que compra y vende pertrechos
para el conflicto monstruoso

¡La noticia es buen negocio!
proclama ufano el cronista
mientras se goza mirando
las fotos de la agonía

Ay, Señor, la muerte cunde
hinchándose en las alforjas
de los que por engordarse
hasta la niñez deshonran

Guardan silencio los pobres
inocentes inmolados
en el afán de poder
de unos pocos desalmados

Somos cómplices cobardes
Usté’ y yo, de aquel verdugo
viendo tan indiferentes
los cuerpos en los sepulcros.


Valentina, 3 de agosto de 2006

Caducidad - Soneto


Hiede tu verso en cadencia espantosa.
Disimulando pasmos, sin gemir,
me ofreces pudrición en fría losa
queriendo desterrarme en tu morir.

Ya no puedo más, clavada, en tu fosa,
lastimera y sumisa en tu ceñir,
me fecundas, en mortaja traposa,
para ultrajarme toda en el parir.

Soy carrusel uniéndose al absurdo.
Sudario y excreción me van tallando
en el olvido de tu ser obsceno.

Me he vuelto la querida de lo burdo.
A penas voy en sombra y suplicando
que no engendre tu semen en mi seno.

Valentina, 5 de julio de 2006

Amistad - Cuarteta


Nos declaramos en fiesta

cuando nos llega un aliado

dos corazones en uno

pariendo vida, sin daño.

Valentina, 7 de julio de 2006


Desenfreno - Coplas


Conmemorando los tiempos
de la fuga y el deshielo
van tan leves y lascivas
estas horas sin precepto

Retenida en la elegía
de su emergencia sensual
alucina en sus capullos
la sensación invernal

Gozo en tiempos de inclemencia
a tu amorosa pulsión
no le importan mis afanes
de imposible afirmación

Estación existencial
cunde el ser en tu indigencia
como ciega por el hambre
vas pariendo incontinencia.

Valentina, 29 de junio de 2006


Contrapunto existencial - Décima

Se resuelve cada cual

en lo valiente y lo ruin
desde el principio hasta el fin
porque somos libertad
en toda eventualidad.
Personalmente te digo
-no te equivoques, mi amigo-
que buscándose en el ser
de su abierto acontecer
el hombre no tiene alivio.

Valentina, 18 de junio de 2006

Hoy no tengo residencia - Décimas

A Matías Aranda, en su amistad de cara a Dios...

Arrímate a mí, Señor.
Quiero alcanzarte las manos
desmontar mis simulacros
confesarte la que soy
sin comprar tu absolución.
¿Quién se aviene a tu presencia?
Traigo herida la conciencia
fragmentada, disgregada
como espiga devastada
por torbellinos, sin tregua.

Te traigo mi historia muerta,
la tejida en ilusiones
la del deber más pobre.
El de la censura yerma
rota de fraude y cadenas
¿Cómo referir mi nada?
El porvenir de me escapa
cuando escuchando tu voz,
en desértico temor,
mal esquivo tu mirada.

Vengo desnuda, Señor.
Vengo de odio y de miseria
como lágrima sin pena
como tirria sin hedor.
Vengo a pedirte perdón
¿Dónde posar mi indigencia?
Tenme un poco de paciencia
dame sólo un norte bueno,
una huella en el desvelo,
que hoy no tengo residencia.



Valentina, 13 de junio de 2006


Vinculación deshojada - Romance

Ya se marcha a la tristeza

-con rapsodia de inquietudes-

este juglar que sepulta

su nombrar en las herrumbres.

Deshoja cienmil sonetos

sin anhelos que lo exculpen

porque sabe que no vale

-entre muros que sucumben-

retener su voz cansada

cuando ya todo se funde:

Apelación de cometas,

descaro de mansedumbres,

alzamiento de conversos

y sediciones que irrumpen...

Todo en gris de obsolescencia

y pulsión de incertidumbre.



Ya se escapa al abandono

-y antes que el sol se le oculte-

este forjador de signos

sin señal que lo vincule.


Valentina, 15 de febrero de 2006

Pajarilla en disimulo - Coplas

Busco el nido de tu rostro

Pajarilla sin refugio

Despliega abierta las llagas

No te cubras de infortunio

Pajarilla, pajarilla

Dónde asientas tus alitas

Tienes de engaño los ojos

Como si no fueras mía

Simulacro y disimulo

Se conjugan en tu cuerpo

Qué me escondes niña mía

No te lastimes en vuelo

Valentina, 29 de mayo de 2006


¡No sé de puñales para matar! - Soneto


Siento la rabia clavándome en sangre
y la esperanza muriéndome dentro,
muriéndome lento y en descontento
con el hedor del odio en mi follaje.

Es la espesura, maloliente en ruegos,
de un cuerpo nivelado en simulacros;
es el desierto del despojo hinchado
como la noche en hielo que voy siendo.

Sordera muda y ruina en cataclismo,
vas perfilando sombras en mi abismo
sin atajarme en nada, sin ver más.

Asco roñoso licuándose, burdo,
como palabra en revuelta de absurdo,
¡No sé de puñales para matar!

Valentina, 7 de mayo de 2006


Dónde están -Coplas

Santiago de Chile, 21 abr (PL) Una conmovedora tragedia golpea hoy nuevamente a unas 50 familias de desaparecidos políticos tras comprobarse que las osamentas que les habían entregado hace 15 años no correspondían a sus seres queridos.

”Esto es un grama drama humano, porque significará para los familiares hacerlos desaparecer de nuevo”, afirmó conmocionada Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD).

¿Dónde están?

Cuántos años, ¡Quince hoy
tiene el hallazgo funesto!
Restos humanos se trenzan
a los nombres de sus deudos

Corre abril del dos mil seis
y un error se ha cometido
el que fuera sepultado
tiene el nombre del olvido

Sepultura mentirosa
funeral de vientre huero
en las lágrimas vertidas
furia y dolor se fundieron.

Valentina, 21 de abril de 2006

Olivar escarnecido - Coplas


Olivar de rama herido,

por tu pueblo descarriado

das la sombra al Redentor

entre risas ignorado.

Sabes que viene a la muerte

como animal al degüello

y que el brillo de tus ramas

sólo le anuncia el tormento.

Tu tallo verde en cogollos

tiene destino de espinas,

de aridez y sequedades

le ungirá su raza en ruinas.

Hombres, niños y mujeres

agitando sus olivos

quieren a encontrar a Dios

en la vera del camino.

Olivar escarnecido,

¡Cómo se burla su gente

cuando ve en burro grotesco

al Mesías indigente!

Olivar de rama herido,

partido de mano en mano,

en tu esencia de madera

morirá de cruz y clavos.

Valentina. Domingo de Ramos de 2006


Décimas de raíz

Para nosotras, con amor,
unas décimas que quieren y no quieren ser
tubérculo, tallo, cepa y ramaje


Celinda espía en las artes
para hurtarles su misterio.
Mientras las busca en su centro,
nos clava, hondo y punzante,
con sus ojos penetrantes.
Felicia inquiere a los cuerpos
a los heridos y muertos,
ésos de afecto labrados
y también a los segados
desde el mismo nacimiento.

Ana Luisa se estremece
con su asombro dilatado:
En el sudor de sus manos
horrores laten y crecen
como pájaros dementes.
Soledad quiere empaparse
del sentido penetrante
que encarnado en ésos ritos
a lo humano y lo divino
entona el pueblo en su sangre.

Moira ofrenda en Isla Negra
-cual poetiza rotunda-
a su madre moribunda
una balada de tierra
que eterniza su tibieza.
Mientras busca Carolina
-entre la noche y el día-
una brújula imantada.
¡Que se apuren las distancias
del retorno hacia la vida!

”Diferencia y discrepancia,
son complejas en sí mismas”
-Dice Patricia y medita-
”Pero siendo complicadas
no me asustan para nada
porque sé que puedo hallar
en tamaña inmensidad
un hilo fino de seda
que las trace sin fronteras
y las una sin dañar”.

¿Valentina tú qué encuentras
cuando contemplas sus pechos
atestados de misterio?
Veo renuevos de cepa
donde nos creímos muertas:
Cada cual siembra lo suyo.
En este nuevo refugio
nuestro ser es estación
y transitorio vagón
escribiendo lo futuro.


Valentina, 7 de abril de 2006

Al Pensador - Décimas de pie forzado

La esperanza que te ronda
tiene el color de lo tierno.
¡Se agiganta mi país
con tu modular risueño!

Se viene de ocres y lluvia
tu contención otoñal.
Como en terso madrigal,
-con su risa inoportuna
de madriguera desnuda-
hoy me desvistes en coplas
hasta descubrirme toda,
como a la cría su infancia.
Quieres que lea en tus ansias
la esperanza que te ronda.

Se viene también de azules
tu primavera en mis ojos.
Como cuando los cogollos
se despojan de sus tules
para que nadie los turbe,
te envuelves de cielo, Pedro,
pa’ gritar que tu contento
sopla en pecho enardecido
y el andar de tu camino
tiene el color de lo tierno.

Se viene como verano
esta amistad de los dos
desplegando su calor.
Si hasta lo pájaros raros
quieren anidar los claros
de tu guitarra sin fin.
Tú perfilas el confín
de mi pueblo en cicatrices.
Con los versos que hoy escribes
¡Se agiganta mi país!

Larga de invierno se viene
esta pena que me embarga
pero sabe que cuando hablas
con la voz de los que quieren
puede sin miedo esconderse
lejos de este horrible duelo.
¡Dime si no es un portento
esta esperanza que crece
hasta hacer que me consuele
con tu modular risueño!


Valentina, 24 de marzo de 2006

Décimas en contrapunto de vuelo herido

Estas “Décimas en contrapunto de vuelo herido” son un diálogo amoroso entre Pedro y yo... Desolación y consuelo... Encuentro y gratitud... Vida que traes vida... ¡Vive!

Ando buscando respuestas
donde cunde la asonancia
y se escarchan las palabras
incapaces de abrir puertas.
¡Quién me diera una certeza
para abrigarme en su seno!
Si pudiera, ¡Ay mi buen Pedro!
asentirle a tu reposo
y replegarme en tus hombros
hasta fundir nuestros centros.

Necesito más que lluvia
para lavarme del miedo,
y más de tu mar sereno
para volverme cordura.
¿Puedes cargar con la furia
que se desata en mi alma?
Como fisura callada
vociferando en silencio
tengo en la piel este duelo
de silencio en la palabra.

Mi alondra se pavoneaba
como la más distinguida
¡Mira cómo se lastima
con el batir de sus alas!
Ya no puede, se desmaya,
¡Ay! Mi alondra es prisionera.
¿Me dirás, Pedro, con fuerza
dónde hallará su futuro?,
¿Quién le dará los conjuros
para romper sus cadenas?

Décimas de nulidad,
impotentes de piedad.
Digan la hiel de mis venas
y cómo aumenta mi pena
su perversa realidad.
Cómo decir lo que siento.
Necesito tu consuelo
¡Ay, si pudieran tus manos
arrancarme el peso amargo!
Mi alondra no puede hacerlo. (Valentina)

Tu alondra esta reposando
en manos de especialistas
por ella ruega el artista
que hoy día le está cantando.
No vale preguntar cuándo
ha de ser dada de alta
solo la vida resalta
si es tiempo de madurar
que en la vida familiar
es ella quien hace falta. (Pedro)

No vale preguntar cuándo
nuestra avecilla preciosa
con sus alitas graciosas
podrá volver a mirarnos
a la cara y sin quebranto.
“No vale”, “no vale”, y nada.
En tu voz, que es tan amada,
las señales más precisas
responden, indefinidas,
como rompiéndose en llamas. (Valentina)

Cuando se vuelve feroz
nuestra vida cotidiana
hay que saber que mañana
se cumple la ley de Dios.
El tiempo pasa veloz
sobre lo bueno y lo malo
con la guitarra de palo
ha de cantar el poeta
estar vivo en el planeta
es el único regalo. (Pedro)

Ay, amigo y compañero,
perdona mi pesimismo.
Medito y quiero lo mismo
-mientras te leo y me leo-
pero me gana el abismo.
Sé que tu canto es de vida
y mi llanto la mutila
con la voz de la tristeza.
Dale tiempo a mi impaciencia
para alcanzar tu sonrisa. (Valentina)

Ella ha recibido el daño
de la invisible violencia
hay que armarse de paciencia
y apoyarla unos tres años.
Terminar con los engaños
y las manipulaciones
conveniencias y razones
nunca brindan acogida
el misterio de la vida
palpita en los corazones.(Pedro)


Deja que guarde en mi pecho
estas palabras que dices.
Tal vez lo que tú más quieres
es que me vuelva a los cielos
a agradecer lo que tengo.
Toma, Pedro, mi amistad
y mi horrible oscuridad.
Este amasijo confuso
que se vuelve tan injusto
cuando no sabe callar. (Valentina)



No se tiene que callar
lo que tu corazón siente
vale más que se lamente
y asuma lo que es llorar.
En la vida hay que avanzar
para seguir una huella
cada cual tiene la estrella
para cantar su vigilia
si está enferma la familia
hay que sanarse con ella. (Pedro)


16 de marzo de 2006, el día del cumpleaños 19º de Francisca


Puebla en décimas

Esta tarde afortunada
encontré en casa de amigos
un tesoro sin distingo
que me tiene dislocada.
¡Y es que no me lo esperaba
encontrar el Catecismo
enunciado en versos limpios
manifestando al Señor
y su Evangelio de amor
como canto a lo Divino!

Puebla en décimas se llama
el manuscrito genial
y su autor Miguel Jordá.
Un cura que se consagra
propagando la Enseñanza
por América latina
de Jesús y su valía.
Lo que dice el magisterio
hay que traducirlo en verso
que es la lengua de la vida.

Valentina, 5 de marzo de 2006


El jueves de la Ascensión
con un gozo muy profundo
Jesús dijo por el mundo
lleven mi predicación.
Vayan por toda nación
a cumplir con lo mandado
como el Padre me ha enviado
los envío Yo también
prediquen la paz y el bien
hasta el último poblado.

Puebla en décimas, 3
Pbro. Miguel Jodrá

4 de febrero de 2006

Bestia Inverosímil - Coplas


I
No es ni Fénix ni Sirena
el animal que prefiero,
ni tampoco me refiero
al secreto Minotauro
ni al legendario Centauro
de las remotas arenas.

II
Es fantástico, lo sé,
pero no tiene el renombre
del Basilisco de cobre
esculpido en el emblema
de la princesa Zulema
de un país que divisé.

III
Y aunque es feo mi animal
no parece una Gorgona
pero tampoco es pichona
de apariencia celestial
y aunque no es nada especial
tampoco luce tan mal.

IV
En unicornios no pienses
ni la sierpe seductora
que con lengua de cantora
trastocó en el paraíso
el orden que se deshizo
por la libertad naciente.

V
Mi animal es algo nuevo,
cazador tan sorprendente
corre tras lo trascendente
pa’ arrancarle su misterio
y escapar del cementerio.
¡Con mi animal me conmuevo!

Valentina, 5 de marzo de 2006


Hermano enfermo - Soneto

Acogen el miedo mis entrañas tontas
como queriendo desgajarse de angustia,
y voy tejiendo hilvanes de desventura
pese a la sobria ingenuidad que te aloja.

Otra vez viene cercándote la muerte
y otra vez reiteras tu esperanza, hermano.
No me mires, nutre mi fe un desamparo,
sin pliegues, ¡tan impreciso en tu pendiente!

Allá una voz, proviniendo de tu infancia,
y acá tus ojos, callándome la rabia
¡Que nadie intente resistirse al morir!

Mutismo angosto de apretura doliente,
tan inefable surge lo que nos hiere
¿Cómo frenar los signos del devenir?


Valentina, 24 de febrero de 2006



Mª Cecilia - Coplas

A mi Cecilia del alma...
en tu cumpleaños, hermana.

Triste o contenta no importa.
sólo reparar en ti
consolarme con tu risa
y comprobar tu latir.

No me importa cómo llegues,
si desértica o desnuda,
o reclamando a los cielos
porque tus tripas se anudan.

Si te vienes razonando,
simplemente asentiré
y si reniegas despacio
apenas te abarcaré.

Sólo constatar que estás
que todavía no mudas
que te deslizas fundiendo
mi vacío en tu espesura.

Valentina, 17 de febrero de 2006

La pregunta - Coplas

A Tito, en el camino...

Viene un yeku a preguntar
con su voz de nebulosas
cómo se dice la vida
cuando se queda sin rosas.

Yo no sé qué responder,
monguen de alada espesura,
y mi garganta está seca
pa’ tan crecida pregunta.

Kintun más allá del ser,
transitar lampu lo mío,
como un alwe en selva muerta
temiendo sólo al rocío

Es pichitu, tú lo sabes,
lo que queda, pajarillo,
cuando las rosas deshojan
de la vida sus pabilos.

Tan sólo nülan las puertas
para que se unan tus alas
a los cantos de la luna
que nos mira tan templada.

........

Voces del mapudungún:

Nülan: abrir
Monguen: vida
Pichitu: poco tiempo, breve
Lanpu: hasta la muerte
Alwe: alma, espíritu del muerto en pena
Kintun: ver, mirar, buscar
Yeku: Ave, cuervo

Valentina, 14 de febrero de 2006

Llano de la paciencia - Décimas

A Juan Manuel Oyarzún, nuestro Curiche


Un curiche de mis tierras,

don Juan Manuel Oyarzún,
-un takik que es muy re suk-
tan conmovido me cuenta
del Llano de la paciencia
que se encuentra en Atacama
la tierra de la achakana.
De San Pedro está más lejos,
por donde anduvo mi viejo,
y residen los Aymaras.

Llano desierto y tan largo,
nanaka no lo sabremos
¡Que es más seco que el infierno!
A él le roban sus nitratos
-trabajando, trabajando-
para tëkun otros suelos
más al sur de este desierto
la warmi y el nuna sufridos
acallando sus latidos
de sudor y descontento.

*****

Achakana: Papa comestible, especie de cacto (Voz aymara)
Nanaka: Nosotros (Voz aymara)
Nuna: Hombre (Voz quechua)
Suk: Uno, único, singular (Voz quechua)
Takiq: Cantor (Voz Quechua)
Tëkun: Sembrar ( Voz mapuche)
Warmi: Mujer (Voz aymara)


Valentina, 9 de febrero de 2006

Arrurrú de la luna ladrona - Romance

A mi Andrés...

La Lunera se ha escondido
muy lejos, allá en el mar,
tenía sus pies cansados
hinchados de tanto andar.
Dicen que la vieron triste
porque su bello sayal
se desgajó con su danza
por los cielos de Chillán.
Vanidosa, esta Lunera,
sólo piensa en coquetear,
anda meciéndose toda
con su enagua celestial.
Si no te duemes, mi niño,
pronto se va a desnudar
y el celoso de Don Sol
a reprenderte vendrá.

¡La Lunera se te arranca!
Duerme niño, duerme ya,
alcánzala con tus sueños,
no la dejes escapar.

Ay, mi niño, tus ojitos,
ella los quiere besar;
si no los cierras, Andrés,
nadie los podrá salvar.
Esta Lunera de plata
tiene mañas a rabiar,
tanta, que no te imaginas,
mi niñito de azafrán,
es embustera y traviesa
¡No lo sabrá tu mamá!
Te dirá que quedó coja
para escaparse fugaz
hasta alcanzarte en tu cama
y tus ojitos palpar
justo cuando estén abiertos
como brotes de un rosal.
Con su brillo de platera
ciego te vas a quedar
porque la Luna deslumbra
con su belleza letal.

No le creas, niño mío,
a esta Lunera taimá,
ella quiere que no duermas
para no tener que dar
ni una explicación siquiera
a tu Angelito Guardián.


Valentina, 27 de enero de 2006

Enero de tiempo en clave - Décimas en pié forzado

”SI UNO DA LO QUE HAY QUE DAR
EN SU FORMA DE VIVIR
POR DERECHO CORRESPONDE
PEDIR LO QUE HAY QUE PEDIR”

Pedro Yánez (De “Mirar sereno” , 1986)

Enero de tiempo en clave.
Ya es de noche en mi Santiago
que parece andar más claro
cuando enciende sus fanales
esparciendo sus cantares
que nos hablan de bondad,
esperanza y caridad.
Su canto dice esta noche
que los sueños son mejores
SI UNO DA LO QUE HAY QUE DAR.

El hombre no puede solo
necesita de otros hombres
para sanar sus dolores
y calar en lo más hondo
de su alianza con el todo.
Van buscando un porvenir
que los descubra en lo afín
los que a sus sueños atienden
y permiten que se impregnen
EN SU FORMA DE VIVIR.

Santiago de enero en verso.
Miro dormir a mi niño
y escucho el silencio tibio
que se despliega en lo lleno
de mi país gigantesco.
Guarden silencio los hombres,
que algo enseñarán los bosques
a los que son sus oyentes:
y es que la ternura siempre
POR DERECHO CORRESPONDE.

Santiago ya duerme, Pedro.
y este enero se ilumina
con la noche que acaricia
en mi patio a los almendros.
Quiero gritar mi contento
porque nada puede herir
al que quiere compartir
con el hermano su vida
y al Creador, sin medida,
PEDIR LO QUE HAY QUE PEDIR.

Pedirle que inunde pleno,
sin medida ni reparo,
esta noche, en mi Santiago,
el corazón de su pueblo
que descansa en lo sereno.
Darle gracias porque puede,
aunque mil heridas tiene
esta tierra color carne
seguir labrando constante
la esperanza de su gente.


Valentina, 25 de enero de 2006


Lamento de la Sagrada Familia - Cueca

Allende Lo Barnechea,
por la Dehesa y San Damián.
se puede ver una iglesia
requetecontra encumbrá

Muros y rejas altas
por todos lados
¿Por qué se esconde el rico
de sus hermanos?

De sus hermanos pobres,
Cerro Dieciocho
tu miseria es vergüenza
que muerde el polvo.

Dicen María y José
“¡Ay, si aquí no hay fe!”

Valentina, 25 de enero de 2006

Décimas en el apuro

Asado de tira en la olla
y ensalada a la chilena
¡Chita, si falta manteca!
Hay que salir sin demora
por el salvado y las moras.
Corre pa’ hacer el almuerzo
no se te olvide el remedio,
tráete algunas lechugas
y una sandía madura
pa’ que el niño esté contento.

Tiende ropa a la carrera,
cocina, enjuaga y refriega,
pero traza luego el verso
para no olvidar tu anhelo
cuando salgas pa’ la feria.
Apúrate Valentina
que la salsa ya está lista.
y cámbiate esas pantuflas
que las personas murmuran
“¡Qué espantosa la vecina!”

Décimas en el apuro.
¡Hay que apagar la cazuela!
Tienes que estar bien atenta
para no perder el turno
en la cola del barullo.
Valentina despistada
deja ya tus payasadas
no medites tus problemas
mientras cuentas las monedas
porque queda la embarrada.

Vivencias en paralelo,
lo que hay que hacer ahora
y lo que al pecho acongoja.
El papá de Nano enfermo
en esa Arica, tan lejos.
Germán buscando una pega
para pagar esas cuentas
que se acumulan sin pausa
mientras los días se pasan
y su estómago se aprieta.

En el Quisco está Felipe
esperando desolado
con su abuela entre los brazos
que la morfina la libre
de esta dolencia sin lindes.
Ollas, cepillo y campanas
todo tiende hacia la nada
si no escribes el sentido
de lo que tienes metido
en el pecho esta mañana.

Vas buscando la ocasión
para sentarte en sosiego
a escribir algunos versos
que descubran conexión
entre tanta ebullición.
El equilibrio anhelado
quiere escapar de tu lado:
tienes que ordenar la mesa,
y la loza en la alacena
antes de servir los platos.

Hay que hacer y deshacer
las labores de la casa
mientras alzas tu plegaria
por los que quisieras ver
y en tu arrullo contener.
Barre la alfombra y reemplaza
la maceta desgastada
con tantos años de riego
la humedad hizo su resto
y la planta se desgaja.

Tanto de vida en la vida.
Tanto y tan rápido todo.
Buscas algo de reposo
para descubrir las rimas
que signifiquen sin prisa
el sentido y el amor
que propaga el Creador
entre afanes y dolores,
contentos y discusiones
pa’ entregarte su pasión.

Valentina, 22 de enero de 2006


Encontrarnos de verdad - Décimas en pié forzado

Entre tú y yo no hay espacio.
Apenas tu aliento, vida,
apenas tu piel en ruinas
deshilándose despacio
mientras finjo mi cansancio.
Entre tú y yo, soledad,
clausura de sequedad,
que no nos deja respiro
para sentirnos queridos
y encontrarnos de verdad.

Entre tú y yo, la distancia.
Desamor que inunda todo
y nos revuelca en el lodo
de la peor de las plagas
que es conformarnos con nada.
Entre tú y yo, la piedad,
la más rígida y mortal
de sabernos impotentes
para mirarnos de frente
y encontrarnos de verdad.

Entre tú y yo, este silencio
que nos mata, sofocante,
entre desvíos constantes
que nos llagan justo al centro
de nuestro propio desvelo.
Entre tú y yo, la oquedad
la más feroz y bestial,
de encontrarnos olvidados
sin valor para gritarlo
y encontrarnos de verdad.

Entre tú y yo, el desconsuelo
que nos convierte en extraños
olvidados de esas manos
que entrelazamos serenos
cuando juramos querernos.
Entre tú y yo, esta ansiedad
que nos impide cantar
nuestro amor de tantos años
para volver a buscarnos
y encontrarnos de verdad.


Volvámonos a lo nuestro
que no es olvido ni muerte,
porque lo que nos retiene
es un amor verdadero.
No pactemos con el tedio
que nos quita libertad
para volver a empezar
sin componendas, por fin,
permitiéndonos vivir
y encontrarnos de verdad.



Valentina, 18 de enero de 2006

Memento - Romance

Nunca permitas que muera
la memoria de mi pueblo
que es la historia, mi Señor,
de tu amor, el más perfecto.
Dios de la Misericordia,
que quieres donarte pleno
en el vivir cotidiano
de los humanos empeños.
Olvidados de tu amor
vamos tus hijos dispersos
perdidos en tanto afán
derrochando este momento
como si nuestras vivencias
no tuvieran su comienzo
en ti, Señor de la Vida,
de corazón gigantesco.
Nunca permitas que muera
la memoria de mi pueblo
que es memoria de alegrías,
anhelos y descontentos,
enramados en la lengua,
de herencia de canto y suelo
que nos dieron los mayores
cuando fraguaron sus sueños
de libertad creadora
que se expande reteniendo
a esos hombres y mujeres
que trenzaron con esmero
corazón, cuerpo y trabajo
en un único proyecto
que era a esta tierra y su gente
alcanzar lo venidero
como un presente empapado
de identidá y fundamento.
Nunca permitas que muera
la memoria de mi pueblo


Valentina, 7 de enero de 2006

Hielo irresuelto - Coplas

Revestido de caricias,
te me vuelves amoroso
y no puedo responder
a tu mimos generosos.

No consigo dar de mí
lo que no tengo en el alma
para cercarte desnudo
hasta fundir tu tez clara.

Me lastima esta indolencia
sobreviniendo en mis besos
que va rompiendo en clamores
tus heridas de silencio.

Y aunque yo misma maldigo
este tedio sideral
hay un trecho desmedido
que no alcanzo a transitar.

Espera que esta oquedad
desanude mi dolor
y eternízate a mi lado
que requiero de tu amor.


Valentina, 15 de enero de 2006


Golondrina dolorida - Décimas

En esta noche de enero
ya no germinan las risas
ni las gracias ni las iras.
Cargo más de lo que puedo
No me mires que me muero.
Tu remedio no me alcanza
pa’ sanar esta hiel mala
tan espesa y tan profunda
que despliega su amargura
en el centro de mi entraña.

Mi golondrina está enferma
de enfermedad tan doblada
que ni el médico la ampara
y no puede con su pena
de ataduras y condena.
Mi golondrina no puede
aprender cómo se quiere
ni sentirse comprendida,
ni aceptar que ya es querida.
Mi golondrina se muere.

Sus padres y sus hermanos
nada podemos hacer
cuando la vemos lamer
sus heridas de quebranto
que no las cura mi abrazo.
Ay, Señor de las Alturas,
anímala con ternura
que un velo de soledades
enluta su rostro amable.
Mi niña quiere una tumba.

Valentina, 12 de enero de 2006


Vereda de los olvidos - Décimas

Vereda de los olvidos.
La micro no llega nunca
y el vendedor nos anuncia
lo que se opaca entre ruidos
sin que afecte el recorrido.
Nadie lo mira a los ojos
cuando comercia gustoso
sus miserias de cien pesos
a estos sordos pasajeros
que dormitan sus agobios.

El conductor se detiene
entre semáforos ciegos
que no perciben el riesgo
que corren los que se vienen
dormitando entre vaivenes
porque el hombre tiene sueño
y no ha dormido hace tiempo
pero tiene que cumplir
con la meta de los mil
que le ha encargado su dueño.

De sur a norte transporta
este bus sus pobladores
unidos por los sopores
de una jornada que agota
desde que el día se asoma:
Trayecto, trabajo, cemento,
horas de viaje y encierro
trasladamos los viajantes
nuestras vidas anhelantes
de respiro y cielo abierto.

¿Pueden ustedes decirme
señores gobernadores,
alcaldes y regidores,
en qué piensan, dónde viven
que no ven y no perciben
el cansancio de su pueblo
que por buscar su sustento
pierde tanto de su vida
por causa de la desidia
de congresistas tan necios?

Valentina, 13 de enero de 2006

Romance del tentador humillado (o de cómo Criador y Criatura se pusieron a cantar)

Allá en los cielos el Padre
se solaza en su criatura
cuando viene Satanás
con codicia tan profusa.
Quiere sembrar su cizaña
proyectándole su furia
a esta cría despistada
que desatenta deambula.
Se acerca a Dios el coludo,
pero el buen Dios no se abruma
y escucha el Padre, confiado,
lo que el tentador murmura:
”¿Cómo sabes, Creador,
que ésta te ama con locura?”
”Esta niña de mis ojos
evita el mal y me busca.
nada entorpece su fe
ni la más grande pavura
ni el dolor más inocente
a mi retoño perturba.
Ah, cretino maloliente,
¡Anda a guardar tus pezuñas!”
”¿Esta mujer es constante?
No lo creas, Dios de Altura.
Si le robas tu favor,
su probidad no perdura.
Si le quitas lo que tiene
ya verás cómo se oculta
y blasfema de tu amor
a causa de sus penurias.
Extiende tu mano y saca
de su vida tus ayudas
y verás como reniega
del amor que le procuras.
Deja que yo le arrebate
Al que ella mece en su cuna
y verás cómo se aparta
de esta vocación tan suya.”

Baja Satán a la tierra
con instrumentos de astucia:
desesperanza, codicia,
rabia de muerte y angustia
a tentar a la mujer
que está mirando la luna
con su niño abrazadito
entre besos de ternura.
Esa mañana fatal
se estremece la espesura
Satanás desquicia todo
y la mujer queda a obscuras
implorando al Dios del Cielo
en soledad y penuria.
La familia se entristece,
Van preparando la tumba
¡Que le devuelvan al niño!
¡Que su dolencia no cunda!
Pobre mujer va corriendo
”¡Ay, que fe más infecunda!
Yo no quiero santiguarme.
No me calme, Señor cura. “
El cura le habla de Job
quién cultivó fe profunda
nunca jamás consintió
ni la sombra de la duda.
Y estando solo y enfermo
al buen Dios no negó nunca.
Ella conoce la historia,
el fiel hombre la deslumbra
pero le falta firmeza
y la tristeza la frustra.
Anda errante la mujer
eligiendo sin cordura
lo que la aparta de Dios
como si fuera una puta.
¡Ay que triste está su Dios!
¡Ay que tremenda su culpa!
Mientras el diablo en su noche
Da por ganada la lucha.

¡Pero Dios es lo más grande!
Busca Él a su criatura
No importa cuánto le cueste
Él persevera en la pugna
por rescatar a su niña
de entre las garras inmundas
del coludo pervertido
que la tiene entre sus uñas.
Y en sus sueños, por la noche,
del Señor la Voz escucha.
”Despierta, Hija, despierta.
Dime, no te quedes muda,
¿Qué quieres que haga por ti?
¿Qué es lo que tanto te apura?”
”Mi vida no vale nada
sin ti me atrapan las brumas.
Volver a ti necesito,
lo deseo con premura”.
Criatura y creador
hasta que el alba despunta
se unen en dulce alabanza
que los ángeles modulan.
Esta mujer redimida
bien sabe ya que no es pura
pero más sabe que Dios
ni se venga ni se muda
porque Dios es Dios de Amor
su fidelidad perdura.
Cantan el Cielo y la tierra
por el Dios de la Ternura
y la mujer pecadora
que recobró la hermosura
de saberse Hija de Dios
¡Cosa más grande, ninguna!
Libertad del Creador
libertad de criatura
amorosa libertad
¡Qué ya nada la destruya!
La mujer ha descubierto
que el amor de Dios la insufla
y alabando a su buen Dios
se pregunta más que nunca
cómo pudo el Creador
perdonar a esta hija suya
que lo vendió por monedas
como el iscariote Judas.
Este amor es cosa inmensa
no hay nada que lo diluya.
Cuando el hombre acepta a Dios
Él lo libra de ataduras
porque el Señor sólo quiere
que su afecto nos consuma.
Nada tema el que ha pecado
arrepiéntase y descubra
que la fuerza de la fe
en la persona madura
por voluntad del Señor
retornará a su frescura.
Pero no se engañe nadie
que la maldad siempre apunta
porque el diablo y su pecado
la libertad siempre azuzan
para enredar con su cola
a los que bailen su cumbia
ensartándonos el pecho
con un sin fin de preguntas.
Disfrazado de angelito
al atontado involucra.
El demonio no descansa.
Su veneno junta y junta
y el momento pa’ ensartarlo
en el abismo calcula.
Esta Hija del Señor
enmendará su conducta
pero sabe que sin Dios
es imposible que rehuya
la tentación que traerán
sus experiencia futuras.
San Ignacio de Loyola
espánteme tu casulla
de constancia y decisión
al que con el mal comulga.
Que el pecado hiere el alma
y a la creación enluta.

Valentina, 3 de enero de 2006

Vocación del poeta - Romance

¿Qué dice el pueblo en tu sangre,
Trovador de nuestra tierra?
Pregunto, y los cuatro mares
me vienen a responder
con sus céfiros errantes:
El poeta popular
en su cantar entrañable
encarna el hambre de historia
de su pueblo itinerante.
Juglar de tantas esferas
fina voz inalterable
este señor de poblados
y de campos colindantes
es intérprete profundo
- entre sueños y pesares -
de una sucesión preciosa
de compromiso constante
entre los hijos y el Padre.
Este anónimo semblante
del poeta popular
con su inspiración expande
lo que en hombres y mujeres
oculto y frágil subyace.

En el canto de los pueblos
- el de coplas y romances -
trenzan su inasible encuentro
realidades de contraste.
El Divino Creador,
de los cielos habitante,
extiende amplia sus manos
hasta sus hijos de carne,
y el poeta popular,
como de cielo anhelante,
se hace puente entre los suyos
con su canto incomparable.
Por lo humano y lo divino
hace su esfuerzo tan grande
que se vuelve mensajero
y expresión de voluntades
que patentes en su copla
ya no pueden olvidarse.
Ay, vocación de profeta,
enamorado de su arte.



Valentina, 1º de enero de 2006

Desencanto de sí - Décimas

Hoy necesito decir
que me excede la tristeza.
Como en estrecha colmena
me muevo sin descubrir
la manera de salir
de esta Babel de antifaz
que sólo esconde el disfraz,
de ésta que ya soy sin serla.
Es que en mi esencia concentra
su veneno un alacrán.

¿Quién es la que habita el habla
de esta tristeza perdida
en la niñez afligida?
¿Cómo esconden mis palabras
lo que en mi ser se coarta?
No soy yo quien se trastorna
prisionera en su voz sorda.
Por no mirar las estacas
que me clavan las entrañas
me deformo en la derrota.

Necesito del consuelo
de un sereno despertar.
Ya no quiero aparentar
escondiendo en mis desvelos
que mi ser se vuelve hielo.
Tengo que hallar mi espesura,
la que me habitó desnuda .
Mi espesura de proyecto,
mi espesura de contento
de la lactancia sin culpa.

Valentina, 26 de diciembre de 2005


De nosotros - Décimas

Sin nombre mana lo sacro
que brota del amor nuestro
ignoto como el encuentro
entre la lluvia y el fango.
Enredados sin recato
somos los secretos seres
de un fluir inconsistente
que en lo alto y en lo bajo
se despliegan consagrados
en su duración tan breve.

Somos un hondo nosotros.
Atadura singular
de una tierra peculiar
penetrada hasta sus fondos
por las aguas de un arroyo
que acrecienta su heredad.
Como textura de seda
nuestro amor se vuelve fuerte
cuando por vencer la muerte
hasta en lo oscuro destella.

Valentina, 25 de diciembre de 2oo5

Retorno - Coplas

Vengo a pedir lo que no me pertenece:
Mi cuerpo anclado en tu profundo regazo
y tus manos de creación, mimándome,
sin preguntar la razón de mi cansancio.

Vengo a pedirte, Señor, que no me mires
con los ojos del que conoce mi culpa.
Recíbeme, Padre, mi alma está rota:
Por esconderte el rostro se quedó muda.

Llego hasta ti sin nombre ni pertenencia,
caminando a tientas, olvidada y yerma.
Con el dolor de una llaga oscurecida
acerco mi sequedad hasta tu puerta.

No preguntes por las noches de mi paso
que no hay sonidos en mi lengua silente
capaces de otra voz que no sea el llanto...
Sólo este aliento de clamor impotente.

Vestigio frágil de lo tuyo que haya en mí,
sutil venga, llana y leve, tu ternura.
Dócil Creador, encarnado en lo pequeño,
toca a tu hija tejida de fracturas.

Valentina, 23 de diciembre de 2005

Coplas de una profe ignorante

Por cierto soy profesora,
-“profe” con título en mano-
y me pregunto contigo
cómo se enseña, mi hermano.

Llevo tiempo en este oficio
de enseñante perspicaz:
Años poniéndole nota
a los críos por pensar.

Que examinen fundamentos,
que sospechen de falacias,
que no escapen del problema,
que intimiden la ignorancia.

Ando buscando respuesta
a una pregunta que duele
¿Cómo saber si de veras
algo en mis clases se aprende?

Si me preguntas qué enseño,
yo te diré lo que aprendo,
pues no es lo mismo dar clases,
que alumbrar discernimiento.

Me pregunto con premura
cómo se enseña el amor,
cómo se aguanta el aliento
cuando nos gana el dolor.

Cómo ilustrar el sentido,
cómo elegir lo importante,
cómo desafiar la vida
de este ovillo de estudiantes.

No es de fácil enseñanza
lo del amor y el recelo,
lo de la risa y la pena,
lo de la envidia y el duelo.

Cómo se orienta a los niños
a regalar su perdón
si nos cuesta tanto, tanto,
perdonarnos entre nos.

Lo valioso, quién lo duda,
no se aprende con plumones
ni montones de exigencias,
ni pizarras, ni lecciones.

Somos torrentes exactos
de un océano fraterno
confluyendo tan precarios
como gotas en lo eterno.

Sólo aprender y callar,
que el misterio del trayecto
es cosa que se construye
paso a pasito, muy lento.


Valentina, 22 de diciembre de 2005

Décimas del Adviento olvidado

¿Qué nos pasa, Padrecito?
Ya no tenemos tu fuerza
pa’ sacudir la pereza
que nos atasca el camino.
¡Si andamos como cautivos!
¿Qué nos pasa, Dios del Cielo?
Ya no escuchamos los ecos
de nuestro pueblo cansado
sollozando tan dañado
y rumiando el descontento.

Míranos corriendo, locos,
entre tiendas atestadas;
Por comprar nuestras bobadas
vamos perdiendo el meollo,
hipotecándolo todo.
¡Ya Navidad no parece
esta correría demente!
Se nos pierde el monedero
y se nos tranca el güergüero
con tanto pago pendiente.

Deudores de multitiendas
¿Quién nos quitó la cordura?
¿Quién nos legó esta locura?
Vamos perdiendo la senda
como campo sin cosecha.
Ya no sabemos qué hacer.
Cual oveja sin pacer
quedamos en desamparo.
¡Venga tu Amor Encarnado
a ordenar nuestra Belén!

Valentina, 20 de diciembre de 2005

Coplas de la Encarnación

La Trinidad en el cielo
está mirando a su pueblo
el Padre Bueno solloza
diluvios de desconsuelo

y el Santo Espíritu busca
cómo calmar su quebranto
es que en la tierra los hombres
han despreciado su mano.

El Hijo piensa en su Padre
y en su creación perfecta:
el hombre se ha vuelto tibio
del odio se ha vuelto presa.

Allí está el Dios Infinito
contemplando desde el cielo
los hombres con almas rotas
que heridos tienen sus pechos.”

Algo tenemos que hacer”
- dicen los Tres a una voz -
”Redimamos lo perdido
aplacando su dolor”

Allá en Belén una niña
mientras hila entona cantos
alabando al Creador
se consagra en el trabajo.

El Dios Trino se conmueve
con la piedad de su hija
y el Padre mirando a un ángel
la Redención le confía.

Dice “Su nombre es María
y en ella está mi mirada
anda y dile que mi Reino
en su vientre tendrá casa”

En una noche estrellada
el ángel toca a María
y amoroso le propone
ser la Madre del Mesías.

”Hágase en mí tu Palabra”
-fue su respuesta de amor-
feliz me verán los hombres
cuando nazca el Salvador.


Valentina, 5 de diciembre de 2005

De Campanario a Cruceros - Coplas

De Campanario a Cruceros
tramo de tierra arraigada,
el poeta canta sus coplas
en la escuela retirada.

Cansado trae en sus suelas
la premura citadina,
los niños curan su canto
regalándole acogida.

Adivinos de acertijos,
los críos ríen y juegan,
mientras el cantor no puede
tararear sin que le duela.

Nostalgia de campo quieto,
tránsito de antigua arcilla,
el poeta y su vihuela
quisieran tocar sus vidas.

El hombre vasto pregunta
cómo volver perdurables
estos sedimentos tibios
que inspiraron sus cantares.

Camino de Nahuelbuta
el cantor busca en sus cerros
el sentido de su historia
entretejida de helechos.

¿Abandonar el cemento
y cohabitar en sus sueños?
¿Inscribirlos en su canto
para fundirnos en ellos?

Guarda silencio el artista,
ya se vuelve hasta Santiago,
deja atrás la escuela plena
con sus hijos de avellano.

En el pecho una pregunta,
de madurar misterioso,
dispone en su alma un retorno
taciturno y silencioso.


Valentina, 18 de diciembre de 2005

El desarreglo - Coplas

“Pastores” dicen un día
”Patrones” dicen después
¡Ay que confusa esta jerga
más nos valdría entender!

Con la sotana escondida
en jefe tórnase el cura,
se oye “amén” en la capilla
cuando en la oficina “usura”.

Asalariado el creyente,
apostólico el obrero,
Harto enredada la cosa
cuando se pasa el sombrero.

Padre nuestro
quién lo entiende
¿capellán o director?
y el Sindicato no puede
ni reclamarle al Rector

Contrato de culpa y rabia
Misa de obrero y patrón
No me venga con leseras¡
Ya no quiero Comunión!

Valentina, 28 de noviembre de 2005

Romance del sufragio en escuela pobre

vámonos m’ hijo a votar.
Póngase su gorra verde.
Salimos tomando el metro
pa’ que la cosa aligere.
Recoleta es la avenida,
altura del dos mil siete.
Llevemos un cocaví,
que el carné no se nos quede.
¡Vamos, m’ hijo, no demore,
que hoy se elige un nuevo jefe!-
Llegando a la pobre escuela
un milico nos transfiere,
y en la mesa veinticuatro
se va ubicando la gente.
Hace calor y está lleno
de pobladoras blandengues
que, como yo, están pensando
cómo elegir presidente.
Cuando llegamos al fondo
se acerca una anciana endeble,
la observo desconcertada
tanteando pa’ no caerse
- ¡Párese, niño, dele ya
a la abuela el taburete.-
- Gracias -, responde contenta
a mi cabro diligente.
No soy lesa y me doy cuenta
de la vergüenza que tiene.
-¿Sabe? -, me dice al oído,
-Soy una vieja re enclenque,
noventa y dos son mis años,
y aunque yo no lleve lentes
de nada sirven mis ojos.
¡Por Diosito! Nadie cree
que yo soy analfabeta.-
¡Puchas, la rabia me hierve!
No pude entrar pa’ ayudarla
a distinguir sus papeles,
porque el sufragio es secreto,
como debe de saberse.

Volviéndonos pa’ la casa
evoco al Pedro paciente
sugiriéndome que al pueblo
no hay nada que proponerle
que nazca de la caridad
del sobrado hacia el carente.
- Venga, m’ hijo, escuche y mire
la realidad en la que crece;
cuando usted sea más grande
se volverá combatiente.
Con las armas del amor
que nuestro Dios nos promete
le pondrá el hombro, mi niño,
pa’ que su pueblo prospere.

Valentina, 13 de diciembre de 2005

Seguidilla del cabro flojo

Oiga a su vieja m’hijo,
váyase luego,
usted ya tiene veinte
ya está pa’ obrero.

Ya está pa’ obrero, atienda,
no se me taime,
que a la mujer le gusta
el hombre grande.

El hombre grande tiene
un solo lema
que es no sacarle el cuerpo
a la faena.

A la faena siempre
van los machitos
no se me ponga flojo
y asustadizo.

Y asustadizo viene
sólo el ternero
nunca el hombre de alcance
con pelo en pecho.

Con pelo en pecho puede
usted casarse
con una mujer sabia
pa’ no ensartarse.

Pa’ no ensartarse, niño,
vaya estudiando
que’ l saber laborioso
lo va ayudando.

Lo va ayudando para
ser hombre santo
cosa que a las chiquillas
deleita tanto.

Deleita tanto m’ hijo
que una hermosura
ya lo vendrá buscando
pa’ ver al cura.


Valentina, 3 de diciembre de 2005

Cueca de una aprendiz – Seguidilla y cuarteta

Ando instruyéndome en coplas
con un maestro genial
y aunque no tengo talento
sí que mi afán es real.

Mi nombre es Valentina
el suyo Pedro
por apellido Yáñez
¡ay, qué maestro!

Ay, que maestro grande
¡quién lo diría!
yo Valentina yendo
tras su valía.

Mi corazón se espacia
con tanta gracia.

Valentina


Décimas del niño muerto

En mi pueblo miles de niñas se dejan arrastrar por el miedo y se niegan a la vida. Para ellas son estas décimas

Gestación y tarde inquieta.
Esta escritura callada
tiene la rabia llagada
de un pretérito que aprieta
por transformarse en saeta.
Como sobrante arrojado,
con cuchillo salpicado,
mi voluntad desdeñable,
y de ignorancia culpable,
su renoval ha matado.

Fin de quiebre lacerante.
Las manos de la abortera
dilapidaron certeras,
en consultorio ambulante,
mi gravidez ignorante.
Voz en rencor concebido
por un dolor mal parido.
Mi existencia no perdona
a esta siniestra matrona
que su retoño ha extinguido

¿Quién puede calmar mi pena
de concepción tan difusa?
Era mi espera confusa
y mi miedo una cadena
que anunciaba una condena:
En penitencia constante
voy y vengo por lo errante;
y es que desde ése mal día
transito, sin compañía,
mi alumbramiento faltante

Valentina, 10 de diciembre de 2005

Coplas de la indecisión


Sin novedades se viene
el sufragio nacional,
los votantes carecemos
de una chance excepcional

Lavín ya implora a los cielos
controvertido Opus Dei
mezcolanza de creyente (y)
propagandista sin ley

Nuestro país tan machista
olvida pronto sus faltas,
la Bachelet perderá
por ocasión de sus faldas.

La arenga de don Tomás
es harto esperanzadora
pero no tiene el apoyo
para salir vencedora.

¿Nos queda sólo Piñera?
Dios nos libre, mi buen Pedro,
más valdría que mañana
arrancáramos p’al cerro.

Todos presentan informes
cálculos, planes y ofertas
me pregunto si tú sabes
qué pasará si no aciertas.

Valentina


Romance de siesta amorosa


Viene la calma, mi Amor,
el pequeño está durmiendo
de algodones tiene el rostro
y manitas de consuelo
Nuestra litera amorosa
tiene un segundo sereno
no te entretengas, mi Vida,
fragüémonos en lo pleno
guarda silencio un instante
y nuestro olor enredemos
cómplices en lo desnudo
acoplándonos el pecho
tu deseo en mi pollera
acariciando mis sueños
tus labios en mi expresión
de incontinencia y resuello
vuelve Germán tu mirada
ven a robarme el sosiego
ancho descansa en mi abrazo
incorpórate en mi cuerpo
En su camita está el niño
nada perturbe su centro
pon tus manos en mi vientre
quiero quererte un momento


Valentina, 6 de diciembre de 2005